“No se necesita toser o estornudar para esparcir el COVID-19, basta con hablar”: Mario Molina recomendó el uso de cubrebocas a López Obrador

Ciudad de México.- Hace unos días Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995, publicó un artículo en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), en Estados Unidos, en donde se dieron a conocer los resultados de la importancia que tiene el uso adecuado de cubrebocas.

En videoconferenica de prensa con la Jefa de Gobierno, Caludia Sheinbaum, explicó que no sólo las gotículas de saliva transmiten la enfermedad, sino que las partículas pequeñas a las que llaman “aerosoles”, son las que verdaderamente representan un peligro, puesto que son invisibles y pese a ser muy pequeñas, son lo suficientemente grandes como para acarrear el virus.

Detalló que hay una comunidad científica que trabaja con estas partículas invisibles llamadas PM2.5 y que al aspirarlas, se meten directamente al sistema respiratorio, inclusive algunas llegan al corazón por “ser tan chiquitas que la nariz no las para”.

“Este tipo de partículas son las responsables de que, aquí en la Ciudad de México, por ejemplo, no veamos a los volcanes porque se ve turbio porque hay muchas de ellas”, aseguró.

Se pudo comprobar que estas partículas portan al coronavirus y no se necesita toser o estornudar para esparcirlas, basta con hablar.

Mencionó que la OMS, en un principio, estaba equivocada al decir que el coronavirus sólo se encontraba en las gotas de saliva al estornudar o toser.

“Lo que no reconocía y lo están reconociendo ahora es que no sólo son esas gotas gigantescas, sino los aerosoles, los que no se ven y transmiten el virus”, enfatizó el científico.

“Antes creían que el uso de cubrebocas era exclusivo para la gente que estaba enferma, pero no, eso es un grave error. Lo que demostramos es que es muy importante el uso de las máscaras simplemente para no contaminar al hablar”.

Molina comparó estos aerosoles con el humo del cigarro. “Al estar en un restaurante, a veces (el humo) llega a otras mesas, más si no hay muy buena ventilación. Así se esparcen los aerosoles, pero por fortuna, los cubrebocas, que son muy sencillos, los pueden parar.

Menciona que estos estudios también se realizaron en China, por lo que a comparación de Estados Unidos, en donde no se solicitó desde un principio el uso de mascarillas, en el país asiático se dio una menor cantidad de contagios.

“Por ejemplo, en Nueva York o en Italia, en cuanto se implementó el uso de mascarillas obligatorio, la contaminación del virus descendió”.

Consideró que todavía se está a tiempo de disminuir los contagios gracias a los cubrebocas.

Cuestionado sobre el tema, señaló que si el presidente López Obrador va a realizar una gira con gente cerca debería usarlo. Asimismo, mencionó que el portarlo o no es un aspecto cultural.

“Tenemos varios presidentes, el de México, el de Estados Unidos, el de Brasil, por alguna razón, es una cuestión cultural, claro, si están como ustedes, como ahora están en su casa o en algún sitio no en la calle, pues no tienen que usar el cubrebocas, yo por eso no lo tengo puesto, pero sí voy a salir entonces sí me lo pongo”, aclaró.

El Premio Nobel señaló que los cubrebocas convencionales de dos capas de tela son efectivos para inhibir el riesgo de contagio del coronavirus.

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